¡Qué difícil es el camino a la popularidad! A veces muy largo, otras inalcanzable. ¡Cuántos excelentes artistas de los más diversos estilos esperan años para lograr el reconocimiento popular! Algunos no lo logran nunca, otros ni siquiera son “profetas en su tierra”. Ejemplo conocido de este último caso en Argentina es Alberto Cortez que encontró su consagración definitiva fuera del país, también Jairo tuvo su consagración masiva “lejos de casa”. Quizá nuestra sociedad acepta con rapidez cualquier producto “importado”, y no mira cuánto hay de bueno dentro de nuestras fronteras.
Los programas de televisión han sido en varias oportunidades el trampolín a la fama de muchos artistas de cuyo arte hoy disfrutamos. A título de ejemplo, hoy vienen a la memoria el legendario “Hoy nace una estrella”, de donde surgiera Danny Martin, “El Club del Clan” que llevó a la fama a Violeta Rivas, Palito Ortega, Raúl Lavié, Chico Novarro, por solo nombrar algunos; “La Botica del Tango”, “Grandes Valores”, o más recientemente “Popstars”.
Muchos, a la espera de la oportunidad que les permita hacerse conocer ofrecen sus shows en restaurantes, pubs, etc.sorprendiéndonos más de una vez con espectáculos de muy buena calidad. Los hay también que llevan sus demos a las discográficas, productores, canales, etc., con el deseo de ser escuchados y tenidos en cuenta.
Todos son caminos válidos, algunos más largos y arduos que otros, pero tienen en común el amar lo que se hace y quererlo compartir con los demás, disfrutar y permitir que otros disfruten del arte, y ... si es con un beneficio económico que permita vivir de lo que se ha elegido como vocación, el objetivo estará totalmente cumplido.
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