|
|
COLUMNA DE OPINION: La Paz es una elección
|
Los ciudadanos del mundo tenemos el derecho inviolable a la vida. Un paradigma “acorde con la vida” posee, al mismo tiempo, una perspectiva cósmica.
Cuando nos centramos verdaderamente en los seres humanos, podemos ver que cada persona manifiesta aspectos únicos de un universo de posibilidades humanas –de un modo valioso e irremplazable. Lo mismo puede decirse de cada cultura o tradición. Cada una es una deslumbrante “ola” que se agita en las profundidades oceánicas de nuestra humanidad compartida.
La paz no se concreta esperando pasivamente. Se logra a través de un esfuerzo concentrado y enérgico. El “arma” más poderosa de quienes crean la paz es el diálogo, el rehusarse a abandonar la capacidad del lenguaje, que es lo que nos hace humanos. El diálogo y la comunicación –cualquiera sea el resultado inmediato— constituyen, en sí, un acto de fe en nuestra humanidad, por lo cual debemos trabajar sin descanso para fortalecer y reafirmar. La lucha por comprender y ser comprendidos requiere que cada uno de nosotros regrese a la fuente más profunda de la humanidad, más allá de las diferencias históricas, culturales o de credo.
Revolución Humana le dice NO A LA GUERRA
Las acciones bélicas de este siglo han aportado rasgos sin precedentes en la historia de la humanidad. Por primera vez, las ciudades se convirtieron en blancos estratégicos de destrucción y las armas se construyeron con la incalculable potencia devastadora sobre la población civil.
La fabricación de estos armamentos nucleares cambio la modalidad de las confrontaciones por las pérdidas incontables de hombres, mujeres y niños inocentes, la destrucción total de las edificaciones, el daño irreparable al medio ambiente y las secuelas físicas a generaciones enteras.
El desarrollo de estos nuevos arsenales abrió las puertas a la matanza masiva y automática. Al conocer los efectos de la explosión, el doctor Robert Oppenheimer, director del equipo científico que inventó la bomba atómica, reclamó tardíamente un estricto control internacional para la producción de las mismas, pero éstas ya habían pasado a ser instrumentos políticos.
No es difícil calcular el nivel del daño colectivo al que se encuentra expuesta la humanidad después de una explosión nuclear. Las alteraciones en el medio ambiente se caracterizan por las precipitaciones radioactivas, la radiación térmica, la contaminación extrema de suelos y mares, el aumento de los rayos ultravioletas, la reducción de las superficies cultivables, la destrucción de las cosechas e incendios forestales y urbanos, entre otros.
|
1 de Abril de 2003 |
Tarantino Producciones
|
|
|